Despertar, sonreír, orar y dar gracias a Dios por un nuevo día, sería mi rutina diaria junto a un buen café.
Pero además de ello, hay una parte importante en mi vida, que es el soñar. Sueño dormida, con imágenes que representan mis fantasías – a veces pueriles, y otras no tanto, pero definitivamente mías - la mayoría de las veces sueño despierta. Sueño con un día perfecto, que no tiene que ver con el sol y la playa (¡aunque lo disfrutaría mucho!), sino más bien, con lograr objetivos programados para ese día que comienza. Sueño con un mundo más amable, mucho mas alegre, desde la frase hermosa de “buenos días mami”, hasta el ya típico “por favor, mis príncipes es hora de dormir que mañana hay clases”.
Sueño con un país lleno de esperanza y de incalculables proezas, donde la dignidad de cada uno de sus ciudadanos no se encuentre en entre dicho cuando observamos sus miserias.
Por supuesto, que en mi interior cobijo sueños de grandeza para mi espíritu, sueños de lealtad para la familia y un sinfín de proyectos que no quiero que se queden solo en sueños.
Cuando reflexiono en mi soñar siento, que es una mágica sensación que me inunda y un gran poder con el que contamos los seres humanos. Tan solo se debe estar vivo para soñar, como también armarse de valor para lograr hacerlo realidad.
Hace poco, tuve el privilegio de presenciar el muy merecido homenaje (por haber logrado recorrer los 42 km de New York en 15´ 22´´) a través de “Un mundo sin igual” del Banco Exterior, le hiciera a un hombre extraordinario y fiel ejemplo de que los sueños se hacen realidad. Este hombre, a pesar de que al comenzar su vida debió luchar para sobrevivir, nunca dejó sus sueños a un lado, muy por el contrario, no dejó que los obstáculos lo definieran para lograrlos.
Quién mejor que Maickel Melamed, para hablar de sueños cumplidos: “Yo simplemente quiero recordarles a todos aquellos que tengan un sueño, que los sueños se construyen y que hoy en día está demostrado científicamente, que un sueño se hace realidad en cuestión de 10 años, por lo que hay que, hacer y hacer continua y constantemente, porque gente, no hay secretos, no hay misterios, para lograr hay que hacer, porque los sueños se hacen realidad haciéndolos”.
Melamed también comentó que para llegar a la meta primero cayó al piso y se lesionó muchas veces, pero que ello no lo hizo desistir, a pesar del dolor y las lágrimas, como tampoco lo hizo el que otras personas le dijeran desde el primer día que no lo iba a lograr.
Esa tarde luego de escucharlo, logré entender que todos tenemos un sueño y no importa el tiempo que nos tome lograrlos, sino más bien, no dormirse para poder dar el primer paso.
A ver, ¿cuál es tú sueño?.
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2 comentarios:
que lindo , muy sentidas tus palabras ..un abrazote
Muy lindo . Me gusto mucho... Felicitaciones
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