“…la gente está diciendo por ahí…”
Recordaba una pegajosa canción de los años 80 del
merenguero dominicano Wilfrido Vargas titulada “El Venao”, algo ordinaria para
gustos exquisitos en cuanto a música y de una temática delicada y/o de difícil discusión
en las relaciones de pareja.
Aunque la letra se refiera de forma jocosa, a la
infidelidad de uno de los miembros de la pareja _ en este caso, la mujer_ no es lo que me llama la atención de esta
canción en particular, sino más bien a través de que se entera él: de los
rumores.
Los rumores son especulaciones no confirmadas que se
intentan dar por ciertas con un objetivo determinado, y que condicionan el
comportamiento de los demás hacia él por encima de la información objetiva.
Al no ser información contrastada rara vez se difunde de
forma abierta, aunque esto no impide que se extienda de forma rápida. La forma
tradicional más usada de extender un rumor ha sido siempre el “boca a boca”
pero con la aparición de internet, la sociedad ha aprovechado el anonimato que
permite este medio para extender todo tipo de rumores.
Es así como las Redes Sociales juegan un papel, a veces
protagónico, en lo que se refiere a rumores, al punto que investigadores de la
Universidad de Zaragoza_ como lo reseña el portal dossier33.com_ en un estudio,
han analizado los modelos de propagación de rumores en las redes sociales,
(publicado en la prestigiosa revista Physical Review E.) en el cual se
desarrollan nuevas técnicas en el área de marketing viral (boca a boca electrónico)
en el área comercial.
Me preguntaba ¿qué sucede cuando los rumores se hacen eco
en la población cómo si se tratase de “la verdad verdadera”, como le dicen los
abogados?
Los rumores tienen un enorme potencial manipulador de la
información social y son transmitidos con gran eficiencia, porque los seres
humanos tendemos ajustar nuestra propia visión del mundo, influyendo en la
percepción del resto de nuestros congéneres.
Desde el punto de vista positivo, como indica http://kikirikiaga,blogspot.com/,
el rumor se asocia con una medida para conocer la fuerza de la comunicación de
una organización o de un tema determinado en los medios de comunicación, pero
éste nunca tiene una fuente definida, por lo que desafortunadamente, crea en
muchos casos una incertidumbre informativa.
Es innegable la increíble influencia de las redes
sociales en la actualidad, para transmitir y recibir información, tomando en
cuenta que entre Facebook y Twitter_ las más frecuentadas_ tienen un aproximado
de mil millones de personas como suscriptores, es de suponer que cualquier cosa
compartida entre ellos tenga un impacto en la sociedad.
Creo sinceramente que para todos los que hacemos uso de
las redes sociales_ sea cual fuere ésta_ y más aún para los comunicadores
sociales, el buscar, investigar, escudriñar, y determinar cuál es la fuente de
cualquier “información por inocente” que
sea, es un imperativo, de lo contrario es preferible hacer caso omiso tarareando
la letra de la canción con que comencé el artículo, “no hagas caso, son
rumores, son rumores”.
Yosmar Herrera @yosmarherrera
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