Lo más normal es levantarse, con la cara en alto y
aprendiendo sobre la marcha de esa caída, evaluar el por qué te caíste,
considerar a quién perjudicaste _con premeditación o sin ella_ pedir las
disculpas correspondientes, las cuales deben salir desde el corazón, de lo
contrario ni te molestes en pedirlas.
La vida se conforma de experiencias, unas hermosas, otras
no.
Experiencias llenas de amor y confianza, otras decepcionantes y dolorosas.... pero todas enseñan algo.
Está en ti determinar cuál ha sido esa enseñanza o simplemente quedarte en el suelo y no desear siquiera levantarte.
Experiencias llenas de amor y confianza, otras decepcionantes y dolorosas.... pero todas enseñan algo.
Está en ti determinar cuál ha sido esa enseñanza o simplemente quedarte en el suelo y no desear siquiera levantarte.
Un gran aliado: el tiempo. No lo subestimes jamás.
¿Qué harás cuando te caigas?
La decisión se encuentra en tu interior. Y aunque tu
corazón llore, tu rostro definitivamente tiene que obsequiar sonrisas.
Después de todo la vida continúa, y ella es como dice
Maickel Melamed: " es lo que tú permites que sea"
Ni por casualidad permitas que una caída, error, desacierto,
equivocación o fallo (llámalo como desees) te defina como persona, como ser
humano.
Yosmar Herrera
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