domingo, 25 de agosto de 2013

El Descanso

Llega el final de la semana y tienes una sensación de estar terminando algo. Como si llegaras a una meta. Luego de una larga jornada de levantarse de madrugada, comidas atragantadas, saludos escuetos y abrazos olvidados, llega el último día de la semana con su propia sonrisa, a un ritmo tranquilo.

Los días se suceden uno tras otro. A veces en monocolor y en la vía rápida, sin la sobriedad de la observación, sin el latir del calor humano.  Nos desplazamos como máquinas en rutinarias tareas, sin detenernos en un saludo, sin reparar en dolor alguno.

Tic, tac el reloj nos marca los pasos. Tic, tac un día más en nuestra existencia.


Cuando llega el fin de semana, es un alivio para muchos y un descanso para otros.

Un descanso que no implica no tener que hacer tareas, sino tomarlas con conciencia, en la tranquilidad que da el querer hacerlas. Un descanso que te motiva a continuar, a renovarte para volver a comenzar la semana. Ese descanso que es reflexión, que tanta falta hace en nuestra agitada vida.

Un descanso que implica negociar unas horas de sueño, una lectura amena y compartir en familia. Un merecido descanso de la turbulencia del día a día.


Naturalmente, un descanso activo. Pero descanso al fin…no solo como un derecho del cuerpo sino como el deber del espíritu.
@yosmarherrera


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